¿Eres un conductor educado?
La conducción es mucho más que girar una llave u oprimir un botón de encendido en un vehículo, poner la primera marcha o el modo drive y acelerar para seguir una ruta.
Las vías son el escenario en el que, todos los días, conductores y peatones conviven y buscan la mejor alternativa para una movilidad rápida, segura y eficiente.
El creciente número de vehículos que hoy ruedan por las calles hace que esa movilidad no sea tan fluida; pero muchas veces no es la cantidad de carros o de motos que circulan lo que genera el caos; en muchos casos son las malas prácticas de manejo, la imprudencia y la poca observancia de algunas normas comunes para una conducción más segura, las que hacen que el tránsito se vuelva un problema.
El buen conductor, el respetuoso, no es solo aquel que ante la luz se detiene. O el que por lo general transita en los términos de velocidad que la norma le impone en cada caso.
Hay muchas otras normas explícitas o tácitas que también hacen parte de lo que se podría denominar un manual de urbanidad al manejar, un Carreño de la conducción.
A veces son operaciones y acciones que responden al sentido común. En otros casos hacen parte del conjunto normativo del tránsito, pero como son acciones que no siempre conllevan a una penalización, muchos consideran que se pueden obviar.
Pero su incumplimiento puede no solo llegar a ser molesto para otros actores en la vía. También puede convertirse en un factor generador de riesgo.
Estas son algunas de esas actuaciones que pueden considerarse como malas conductas al volante.